miércoles, 13 de abril de 2011

La subasta de bonos.


El Tesoro Público, entidad encargada de la tesorería del Estado, se encarga de la emisión de los títulos de deuda. Los títulos se colocan mediante subasta. Los agentes pueden acudir a dicha subasta mediante oferta competitiva, en cuyo corren el riesgo de quedar excluidos, o no competitiva y entonces aceptarán el precio medio de la emisión.
El método de subasta de bonos es el conocido como método holandés con ciertas modificaciones. En un principio los agentes que quieren intervenir hacen sus propuestas de precios. Llegado el momento de la subasta, el Tesoro calcula con el nominal que quería emitir cual es el precio mínimo a aceptar, quedando fuera aquellos que ofrecieron precios por debajo del mismo y adjudicándose los títulos al resto por el precio que ofertaron. Aquellos que acuden a la subasta con oferta no competitiva tienen el compromiso de compra de títulos al precio medio resultante.
¿Cuándo se realizan las subastas?  En general el primer jueves de cada mes para los bonos y el tercer jueves de cada mes para las obligaciones.
¿Por qué surge diferencial entre los bonos de los países? Básicamente por el riesgo país. Si el Tesoro tiene pensado cubrir un determinado volumen de deuda, pero los agentes no están dispuestos, al menos en número suficiente, a comprar los títulos, tendrá que elevar la rentabilidad de los bonos. Hemos visto en los meses anteriores como, al no poder colocar los títulos, los gobiernos griego, irlandés y portugués se veían obligados a subir la rentabilidad de los títulos hasta niveles hace poco impensables, en torno al 8%. Sin embargo, lejos de remediar la situación, ésta se iba agravando pues cada vez se encontraban más endeudados. Finalmente estos países han tenido que refinanciar su deuda a través de un préstamo de la Unión Europea, en lo que se ha denominado “rescate”, con un elevado interés, al que habrá que ver si son capaces de hacer frente.
El diferencial para España ha disminuido en las últimas semanas y las últimas subastas han sido exitosas pues se ha conseguido colocar la emisión prevista. El hecho de que disminuya el diferencial se debe a que los inversores internacionales confían en que las medidas adoptadas por el gobierno español, y las que se irán incorporando, conseguirán reducir el déficit público con la consiguiente mejora de la solvencia del estado español.
A continuación mostramos los tipos de interés a los que se han colocado los diferentes instrumentos de deuda:
  • Bonos del Estado a 3 años…. 3,254%
  • Bonos del Estado a 5 años… 4,389%
  • Obligaciones del Estado a 10 años… 5,162%
  • Obligaciones del Estado a 15 años… 5,953%
  • Obligaciones del Estado a 30 años… 5,875%
Aunque el diferencial respecto al bono alemán se ha reducido por debajo de los 200 puntos básicos (2%), aún no podemos considerar que la situación de la deuda española sea la que le corresponde como país desarrollado y que representa un importante porcentaje sobre el PIB de la Unión Europea. De hecho el diferencial se había quedado a cero en los primeros años del nuevo milenio. 

El riesgo financiero y sus tipos.


El riesgo financiero es aquel que refleja la posibilidad de que una operación financiera resulte fallida por impago total o parcial, o bien por no generar el beneficio esperado. Antes de comenzar a enumerar los tipos de riesgo financiero debemos comentar que no hay operación financiera que no conlleve un cierto riesgo debido a la influencia de múltiples factores difícilmente previsibles.
Pasamos a explicar brevemente los tipos de riesgo financiero:
·      Riesgo de crédito, muy de actualidad, se refiere a los impagos de créditos debidos principalmente a no haber evaluado correctamente el riesgo de la operación. Este es uno de los causantes de la crisis financiera actual como vemos en los altos niveles de morosidad, debidos a la excesiva relajación a la hora de captar clientes con préstamos hipotecarios difícilmente asumibles por los clientes.
·      Riesgos de mercado. Son los relacionados con la propia evolución del mercado que hace que algunas empresas prosperen y otras sin embargo tengan que ir cerrando. Este riesgo puede predecirse a través de la tendencia de la cuenta de resultados de las empresas y de su capitalización y crecimiento
·      Riesgo de tipo de interés. Los tipos de interés no son fijos sino que cambian a lo largo del tiempo. En la actualidad hablamos de un Euribor algo por encima del 2%, que es asumible por un gran número de familias con préstamos hipotecarios. Sin embargo, si los tipos de interés suben por encima del 5% habrá muchas familias que no podrán hacer frente a los pagos, con el consiguiente aumento de la morosidad.
·      Riesgo de cambio. La marcha del tipo del cambio puede hacer que una operación financiera sea rentable a que tenga pérdidas.
 Pongamos el ejemplo de un inversor que hoy dispone de 1000 € que puede invertir en deuda americana o española. Pongamos que la rentabilidad a un año de los bonos españoles fuese del 5% y la de los USA de un 2%. Además el tipo de cambio es de 1.46 $/€. Al cabo de un año el tipo de cambio es de 1,35$.
Si invierte en bonos españoles obtendrá al cabo de un año:


Como vemos, debido a la evolución del tipo de cambio el inversor habría obtenido una rentabilidad mayor en Estados Unidos, al contrario de lo que un principio podía parecer.
·      Riesgo legal. Provocado sobre todo por continuos cambios en la legislación que crean inseguridad.
·      Riesgo soberano. Cuando es un Estado el que tiene dificultades para pagar la deuda pública contraída.
·      Riesgo sistémico. En este caso es el conjunto de la economía el que puede verse afectado por factores que influyen de manera negativa en todos los sectores.


martes, 12 de abril de 2011

Los seguros de vida.


Un seguro de vida es un contrato firmado entre una persona física y una entidad aseguradora por el cual, en caso de fallecimiento del asegurado, los beneficiarios recibirán por parte de la compañía aseguradora un importe previamente pactado. El perfil clásico de un asegurado de este tipo de seguros es el de un varón casado y con hijos al que le preocupa la situación económica de su cónyuge e hijos en caso de que él fallezca, pues la principal o única fuente de ingresos familiar.
En los últimos años este seguro se ha visto particularmente vinculado a préstamos hipotecarios, siendo la cantidad fijada en la póliza la necesaria para la amortización de dicho préstamo en cada momento. Esto ha sucedido por que gran parte de la renta familiar va dirigida al pago de la hipoteca y el miedo consiguiente a quedarse sin vivienda si uno de los propietarios fallece y por tanto desaparece una parte de la renta familiar.
Encontramos multitud de seguros de vida, a parte de los vinculados a hipotecas, en función del crecimiento de la cuantía a percibir por los beneficiarios (los hay que van obteniendo una rentabilidad periódica), o también vinculados a planes de pensiones. Éste último también está siendo cada vez más frecuente, ya que en caso de fallecimiento antes de la jubilación los beneficiarios percibirían el importe de la póliza, estos seguros son conocidos como de “Vida Universal”. Otros seguros llamados de “Vida Entera” sólo cubren el fallecimiento pero lo hacen durante toda la vida del asegurado que a su vez nunca dejará de pagar las primas. Otros seguros sólo tienen cobertura durante un tiempo limitado, por ejemplo hasta la jubilación, momento en el cual además el asegurado deja de pagar las primas, estos seguros se conocen como de “Vida Pagos Limitados”.
¿De qué depende el importe de la prima a pagar?, básicamente de la edad del asegurado, cuanto más joven menor es el riesgo de fallecimiento y menor es la prima a pagar. Algunas aseguradoras solicitan al aspirante a asegurado rellenar un breve formulario a cerca de hábitos de salud y antecedentes familiares como evaluación complementaria del riesgo. Por supuesto cuanto mayor es el importe que se desea que reciban los beneficiarios mayor será la prima. Incluso un dato a considerar es el sexo de la persona (sabemos que las mujeres viven más por término medio y por tanto, como el riesgo de fallecimiento es menor también pagarán una prima menor)
Una cuestión vital es quienes son los beneficiarios del seguro de vida. Desde luego si es un seguro vinculado a un préstamo el beneficiario será el prestamista, generalmente una entidad financiera. Si es un seguro de vida no vinculado a una deuda, los beneficiarios suelen ser el cónyuge y los hijos del asegurado. Si bien hay empresas en las que los socios se cubren el uno al otro nombrándose beneficiarios mutuamente para que, si fallece uno de los dos, el otro no se quede con la carga del negocio en solitario sin mayor cobertura económica.
Para finalizar, podemos comentar que son habituales coberturas adicionales como indemnizaciones en caso de muerte por accidente o invalidez total del asegurado, pago por parte de la aseguradora de los gastos del sepelio ….

Letras del Tesoro.



Las Letras del Tesoro son instrumentos de deuda pública emitidos por el Tesoro Público, que es la entidad encargada de la gestión de la tesorería del Estado, con la intención de financiar a corto plazo las cuentas del Estado. Para el inversor se trata de activos financieros de renta fija que se compran al descuento mediante el procedimiento de subasta y que generan una rentabilidad que suele ser inferior a la de otros productos privados que se pueden conseguir en el mercado sobre todo acudiendo a las entidades financieras.
Los plazos de vencimiento de las letras son de 3, 6, 12 ó 18 meses a contar desde la fecha en que se adquiere el título.
El valor nominal de una Letra es de 1000 €, pudiendo solicitar la compra de esa cantidad o múltiplos de ésta. El precio a pagar dependerá del resultado de la subasta que se viene celebrando cada mes, y que estará siempre por debajo del valor nominal, ya que se estos activos se adquieren al descuento. Esto quiere decir que podemos comprar una Letra a un año por un importe, por ejemplo, de 965 € y recibiremos al cabo de un año el valor nominal de 1000 €. La diferencia entre el precio de compra y el valor nominal se corresponde con los intereses de la operación.
La titularidad de las Letras del Tesoro se refleja mediante anotaciones en cuenta, lo que supone en la actualidad un registro informático.
Para adquirir estos activos podemos:
·              Acudir a nuestra entidad financiera, que se encargará de la gestión de la operación, cobrándonos una comisión al inicio y posiblemente otra en el momento del reembolso. La cuantía de estas comisiones depende de cada entidad y no está relacionada con la emisión en sí. Será el inversor quien tenga que negociar en este caso las condiciones.
·              Realizar la compra online con el Banco de España como entidad intermediaria. De esta forma sólo se pagará una comisión en el momento del reembolso por lo que se disminuyen los costes de la operación.
¿Por qué invertir en Letras del Tesoro?, sobre todo por la seguridad que proporcionan pues son a corto plazo y gozan de la garantía del Estado, aunque recientemente se esté poniendo en contradicho. Otro motivo es que estos instrumentos tienen exento de retención el rendimiento que generan, por lo que percibiremos el importe íntegro al vencimiento. Eso sí, deberán ser incluidos en la declaración de IRPF del ejercicio en que se produce el reembolso como rendimientos de capital mobiliario. Esto hace que su rentabilidad financiera esté por debajo de la financiero-fiscal.
En contra de este tipo de inversiones está su baja rentabilidad, que en los últimos dos años está situada en algo más de un 2% anual, lo que, teniendo en cuenta que hoy en día la inflación está por encima del 3%, hace que su rentabilidad en términos reales sea negativa.
¿Cómo calculamos la rentabilidad de una letra?, veámoslo con un ejemplo.
·      Adquirimos una letra por 965 € con valor nominal de 1000 € y un vencimiento a 376 días (que es en realidad el vencimiento de las letras a doce meses):
Capital invertido (C0): 965 €. Montante obtenido (Cn): 1000 €. Duración de la operación: 376 días. Rentabilidad efectiva anual: i. Ley financiera utilizada: capitalización compuesta.

 0,0352

Es decir una rentabilidad del 3,52% anual.








Los fondos de inversión.


Empezamos por definir qué es un fondo de inversión: es una cantidad de dinero o bienes patrimoniales, que un conjunto de ahorradores ha depositado, para que una sociedad gestora lleve su administración. Cada inversor tendrá su correspondiente certificado de participación que especifica la cantidad aportada y da fe de su participación. Los fondos de inversión se han convertido en una herramienta para los pequeños inversores que, sin tener la información ni los conocimientos de los grandes, confían en el asesoramiento de la sociedad que lo gestiona. Tal es el peso de estos fondos que son capaces de determinar tendencias sobre el comportamiento de distintos activos financieros.
Los fondos más comunes son los que invierten en acciones (renta variable) y obligaciones y bonos (renta fija), aunque también existen otros que invierten en activos alternativos que también pueden generar plusvalías, como por ejemplo los que lo hacen en bienes inmobiliarios (Fondos inmobiliarios).
Una gran mayoría de los fondos son “garantizados”, ya que prometen que el inversor recuperará siempre, al menos, el capital invertido. En todo caso aún así siempre existe riesgo para el inversor si el fondo tiene problemas de liquidez. Esto ha sucedido con fondos inmobiliarios, tanto del banco BSCH como del BBVA, que han sido congelados debido a la reiterada demanda de los participantes por cancelar sus aportaciones no habiendo disponible liquidez suficiente.
En función de la aversión al riesgo del inversor, encontramos fondos que se basan casi en su totalidad en renta fija y por tanto son más seguros, hasta fondos que se basan principalmente en renta variable que, siendo menos seguros que los anteriores, pueden conseguir rentabilidades mucho más elevadas.
¿Puede un inversor solicitar el reembolso en cualquier momento?, no hay una respuesta única a esta pregunta, por eso el inversor debe informarse de las características del fondo antes de nada. Veamos, hay fondos que penalizan el reembolso total o parcial en los períodos iniciales, para ir rebajando la penalización en los períodos siguientes hasta que ésta desaparece. Otros abren cada cierto tiempo las conocidas como “ventanas de liquidez” que en realidad son períodos de tiempo en los que se permite retirar el capital constituido sin penalización.
Todos los fondos tienen establecidas unas comisiones, generalmente un porcentaje sobre el capital depositado, que sirven para pagar los servicios de la entidad gestora. Lógicamente las comisiones disminuyen la rentabilidad final obtenida y por eso deben ser valoradas por el inversor.
¿En qué fondo debemos invertir?, existen multitud de posibilidades en el mercado. Lo más habitual es estudiar cuáles han tenido más éxito en los últimos años e invertir en uno de ellos. Ante esta actitud que parece tan lógica hay que decir que debemos tener cuidado por que las tendencias cambian. Por ejemplo, hace cuatro años la bolsa tenía un comportamiento marcadamente alcista, por tanto los fondos basados en renta variable consiguieron considerables plusvalías. En ese momento podríamos haber pensado que esos fondos eran los más recomendables, pero a partir del 2008, con la Bolsa a la baja, fueron los fondos basados en renta fija los que coparon los primeros lugares en rentabilidad. Por tanto debemos examinar tendencias a medio y largo plazo y tener paciencia si se cree en la línea que siguen los gestores del fondo.

El riesgo país y sus sistemas de calificación.


El riesgo-país representa una medida de la expectativa de cobro de los créditos concedidos a un determinado país por agentes extranjeros. Se trata de una medida global, ya que tiene en cuenta tanto al sector público como al privado y valora múltiples factores que van desde el entorno político al social, la situación de los países que le rodean, las decisiones de política económica…. El riesgo-país no deja de suponer una recomendación para los inversores extranjeros, advirtiendo de los posibles riesgos por impago de créditos así como de la seguridad de las inversiones directas.
Cuando se valora se  el riesgo del sector público se tiene en cuenta sobre todo la capacidad de hacer frente a los pagos de la deuda soberana emitida así como de colocar emisiones futuras. Un Estado puede no pagar la deuda por diversos motivos, como pueden ser: una disminución de los ingresos públicos debido principalmente a la crisis económica, problemas de liquidez debidos a constantes y elevados déficits de balanza, o incluso, en casos extremos, porque los propios gobernantes se nieguen a pagar por considerar que existen otras necesidades más acuciantes para el país.
Debemos especificar que el riesgo del sector privado no viene referido a impagos más o menos habituales sino a aquellos que acaecen de manera extraordinaria, por situaciones que ponen a un país en situaciones límite, como las debidas a catástrofes naturales, revoluciones políticas y sociales y otras similares
Pongamos un ejemplo, si una sociedad española está pensando invertir en Venezuela puede desconfiar de la situación política y judicial de ese país, pues habrá oído hablar de las nacionalizaciones practicadas a empresas extranjeras, del clima de inseguridad ciudadana….. En ese momento tendrá que valorar si la posible rentabilidad de su inversión hace que merezca la pena correr el riesgo de perderlo todo.
¿Quién mide este riesgo?, existen agencias internacionales tanto públicas como privadas que se encargan del estudio del riesgo-país. Entre las públicas podemos mencionar al FMI, la OCDE o el propio Banco Mundial. Entre las privadas están las conocidas como agencias de rating, como son Moody’s, Standard&Poor’s, Fitch, EIU Country Risk Service, y otras entidades financieras y aseguradoras como Goldman Sachs, o J.P. Morgan.
¿A partir de qué parámetros se mide el riesgo?, existen multitud de parámetros tanto de carácter cualitativo como cuantitativo. Los cualitativos hacen referencia sobre todo a la situación política, teniendo en cuenta el tipo de régimen que vive el país y la actitud sus gobernantes. Está claro que un régimen corrupto y con una justicia intervenida no tiene un marco favorable a la confianza de los inversores. También se tendrá en cuenta la actitud para acometer reformas necesarias para el mejor funcionamiento de la economía.  Los cuantitativos suelen referirse más bien a parámetros macroeconómicos como el crecimiento, la inflación, o la tasa de desempleo. Sobre estos valores es más sencillo crear un modelo econométrico que permita realizar predicciones sobre años futuros y por tanto no tienen un carácter tan subjetivo como los cualitativos.

¿Cómo se cuantifica el riesgo?, dependiendo de quien lo mida encontramos diferentes “escalones” que suelen ir de una total solvencia del país a un riesgo muy elevado. En el caso de Moody’s la solvencia total viene representada por Aaa, mientras que el riesgo más elevado sería la C. Una medida alternativa es el diferencial entre el bono emitido por el país y el bono de referencia, que en el caso europeo es el bono alemán. Cuando oímos que existe un diferencial de 200 puntos básicos entre la deuda española y la alemana significa que el Estado español paga un 2% más por sus bonos emitidos con respecto a lo que paga el Estado alemán.

lunes, 11 de abril de 2011

El IBEX-35.


El IBEX-35 es un índice que representa, en una única cifra, la evolución de la cotización en la bolsa española de las treinta y cinco empresas más importantes (con mayor volumen de negociación). Este índice es similar a otros como el Dow Jones de Estados Unidos, el Dax Xetra alemán, el Cac 40 de Londres o el Eurostoxx 50 para toda Europa.
En cuanto a su elaboración técnica podemos decir que se trata de un índice complejo ponderado. Complejo por que se elabora a partir de la cotización de valores distintos, y ponderado por que no todos los valores tienen el mismo peso o ponderación sobre el índice global. Éste último puede ser un asunto interesante de comentar ya que unos cuantos valores tienen un peso tan grande que condicionan por sí solos la evolución del índice global. Estos valores son: Telefónica, BBVA, Grupo Santander, Repsol YPF e Iberdrola. Se dice que si uno de estos valores tiene un comportamiento atípico, entonces “arrastra el valor del IBEX 35”).
Otra cuestión es analizar de qué factores depende la cotización de las acciones que cotizan en el IBEX. No olvidemos que los individuos que poseen acciones de una sociedad son los propietarios de la misma, y por tanto son los que reciben dividendos que se reparten. En este sentido cuando las sociedades obtienen beneficios cuantiosos es de esperar que más agentes quieran comprarlas y al aumentar la demanda también lo hará la cotización. Cuando, como es el caso, hablamos de un conjunto de sociedades, normalmente será la marcha de la economía en general la que sirva de referencia. Así, podríamos esperar que en fases de crecimiento elevado de un ciclo económico la cotización será mayor mientras que en fases de bajo crecimiento o incluso recesión la cotización tenderá a bajar. Podemos analizar el comportamiento del IBEX 35 a partir del siguiente gráfico:



No podemos despreciar otros factores, seguramente que la actuación de los especuladores pueda tener su influencia corto plazo, igual que la publicación de estadísticas económicas distintas a las esperadas o decisiones de política económica tomadas por los bancos centrales o por los gobiernos.
Por último podemos comentar el peor comportamiento del IBEX en relación a otros índices internacionales en el año 2010. Esta situación podría venir motivada por la desconfianza de los inversores en nuestro país, sobre todo por la crisis de la deuda pública y la elevada tasa de paro. Es de esperar que a partir de una mejora de la situación económica en nuestro país, la situación vuelva a la normalidad.